Detrás de cada bolsa de alimentos entregada en el mercado solidario “1 Kilo de Ayuda” de Altius, hay una historia de compromiso, empatía y trabajo en equipo. Todo es posible gracias al esfuerzo incansable de los 2.716 voluntarios y 28 empresas que donan su tiempo para ayudar a quienes más lo necesitan.
Cada día son cientos los beneficiarios que acuden a la fundación. Son familias en situación de vulnerabilidad. El mercado no es solo un espacio de reparto alimentario: es un punto de encuentro humano. Los voluntarios no se limitan a organizar productos o entregar paquetes. De hecho, muchos de ellos acompañan personalmente a los beneficiarios, escuchan sus historias y les orientan. “Es una dosis de autoestima acudir a ellos. Gracias a Altius, no solo puedo comer todos los días, si no que tengo la posibilidad de poder formarme e insertarme laboralmente. Además, cuando acudo al mercado me relaciono con personas que están en la misma situación que yo, y eso es reconfortante. Ayudan con la autoestima. Es saber que alguien se preocupa por ti, que no estás sola”, comenta Jennifer, que desde hace poco tiempo ha llegado a España desde Venezuela. Como ella, muchas personas encuentran en este mercado no solo apoyo material, sino una red que impulsa su proceso de recuperación y autonomía.
En 2024, Altius ha atendido a 4.217 personas semanalmente en cuestiones alimentarias, lo que se traduce en 1.719.838 kilos de alimentos, en nuestro compromiso en la lucha contra el desperdicio alimentario. El éxito del proyecto ha sido tal que este modelo de mercado solidario ya se está replicando en otras sedes de Altius (Sevilla, Valencia y Barcelona). Aún está en proyecto, pero pronto será una nueva oportunidad para las familias vulnerables. Así lo expresa Covadonga, una voluntaria de la Universidad Francisco de Vitoria: “Es formar parte de algo que ayuda a la gente y una oportunidad de dar de mí misma”. Para Jarol, seminarista, participar en la fundación “significa aprender a conocer las realidades de los beneficiarios, sus necesidades”.
Muchos voluntarios también son antiguos beneficiarios que, tras recibir ayuda, han decidido retribuir colaborando en el proyecto. Esta cadena de solidaridad es lo que convierte a “1 Kilo de Ayuda” en algo más que un mercado: es una comunidad de superación. Desde Fundación Altius invitamos a quienes quieran marcar una diferencia real a sumarse como voluntarios, demostrando que el compromiso individual puede transformar la vida de muchas personas. Porque cuando alguien entrega una hora de su tiempo, otro gana una oportunidad para salir adelante.