A través del Mercado 1 Kilo de Ayuda, hemos podido canalizar más de 75.000 kilos de alimentos no perecederos durante el primer semestre de 2025, gracias a la colaboración de una amplia red de parroquias, comedores sociales y asociaciones beneficiarias de nuestro proyecto.
Desde el mercado solidario de Altius, se preparan y entregan los lotes de alimentos a las entidades beneficiarias, que previamente han firmado un convenio de distribución con la Fundación. De este modo, se comprometen a repartir una cantidad concreta de productos entre las familias que acompañan en sus barrios o comunidades, lo que permite dar cobertura al número de beneficiarios establecido en el proyecto.
Uno de estos ejemplos es Ayuda Solidaria a los más necesitados, que cada miércoles recoge los alimentos para repartirlos entre unas 50 familias semanales desde su sede en la calle Sancho Dávila, en Madrid. “Nos recomendaron Fundación Altius desde el Comedor Social La Flora de Tota, con el que colaboramos”, explica Carlos Moya Ramírez, director de la entidad. “Desde entonces, recibimos mensualmente alimentos perecederos y no perecederos, lo que nos ha permitido duplicar el número de familias atendidas y ofrecer una ayuda más equilibrada nutricionalmente. Antes no podíamos asegurar esa periodicidad ni esa variedad”.
“La ayuda de Altius nos ha permitido duplicar el número de beneficiarios y, lo que es más importante, ofrecer una cesta de alimentos mucho más equilibrada y digna. Hemos dado un salto cualitativo en nuestra atención a las familias”, añade su director.

También recuerda muchas historias que reflejan la necesidad y el agradecimiento de las personas atendidas: “Se repite una emoción común: la gratitud. Hay familias que nos expresan que, por primera vez en mucho tiempo, sienten que tienen garantizado un mínimo mensual para alimentarse de forma adecuada. Y eso es algo que impacta profundamente”.
Más allá de los recursos, Moya subraya el valor humano de la colaboración. “Para nosotros no se trata solo de recibir alimentos, sino de sentirnos parte de una red, de una familia con un propósito común. Cada vez que acudimos a recoger los alimentos, nos encontramos con un trato excelente, tanto del personal de Altius como de sus voluntarios. Hay cercanía, profesionalidad y verdadero espíritu solidario”.
La parroquia San Ramón Nonato de Vallecas, dirigida por el padre José Manuel Horcajo, es otro ejemplo de cómo esta colaboración impacta directamente en el tejido social del barrio: “Conocimos Altius a través del padre David, que nos ofreció alimentos. En el verano de 2024 nos interesamos especialmente por los productos frescos, muy necesarios para nuestro comedor”, explica el párroco. “A partir de ahí, nos han llamado regularmente, y estamos muy contentos de poder contar cada semana con carne y verduras para las comidas que ofrecemos”.
La parroquia de Vallecas cuenta con un proyecto integral que incluye comedor familiar, reparto de alimentos y formación laboral. “Muchas personas vienen buscando comida, pero descubren algo mucho más profundo: un lugar donde se sienten escuchadas, acogidas, parte de una familia”, añade el padre Horcajo. “Una mujer nos decía hace poco: ‘Yo vine a por comida y lo mejor que me ha pasado es haber encontrado una familia’. También hay quien, ya estabilizado, vuelve con 5€ en la mano diciendo: ‘Ahora quiero ayudar yo a otros’. Estos gestos lo dicen todo. Un granito de arena puede cambiar muchas vidas”.
Otra de las voces que refleja esta experiencia es la del Hermano Gabriel, de la parroquia de Nuestra Señora de la Anunciación en Miraflores, cuya comunidad religiosa también forma parte de la red de beneficiarios del proyecto Altius. “Nos recomendaron la Fundación unas monjas con las que tenemos contacto. Desde entonces, recibimos alimentos variados una vez por semana”, explica el Hermano Gabriel. “Ayudamos a familias cercanas, a personas necesitadas y también a nosotros mismos, ya que vivimos completamente de la Providencia”.
En cuanto a cómo impacta esta ayuda, el Hermano lo resume con sencillez: “Nos llega justo lo que nos faltaba. Es un apoyo muy grande para nuestra vida y para quienes podemos asistir gracias a ello”.

Entre las parroquias beneficiarias que participan activamente en la distribución de alimentos se encuentran la Parroquia de Galapagar y Zurbarán, la Parroquia de Jesús y María, la Parroquia Nuestra Señora de la Anunciación, la Parroquia Nuestra Señora del Rosario – Cáritas, la Parroquia San Ramón Nonato, la Parroquia Santo Domingo de Guzmán y la Parroquia San Miguel de Arcángel de Carabanchel.
La implicación de estas parroquias, junto con la del resto de entidades colaboradoras, permite que la ayuda llegue de forma directa, humana y eficaz a quienes más lo necesitan. La Fundación Altius continúa fortaleciendo esta red solidaria como parte fundamental de su misión de apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad.
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